Me parece que el traducir de una lengua a otra es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que aunque se ven las figuras, están llenas de hilos que las oscurecen, y no se ven con la lisura y tez del haz; y el traducir de lenguas fáciles, ni arguye ingenio ni elocución, como no le arguye el que traslada ni el que copia un papel de otro papel––dijo don Quijote.
Y aún así le dije a Enrique Fierro, simpatizante de los rinocerontes––Tomemos prestada la pelota de ping-pong de nuestros amigos Lorenzo y Margarita, y aquí escribámonos y traduzcámonos el uno al otro. Pero, tejamos reversos, traducciones traidoras, como falsos amigos, des faux amis que se miran, pero no se reconocen.

Friday, July 10, 2015

Empiezo, como siempre, por no entender. Como cuando me explicaban las figuras retóricas en las clases liceales de lengua y de literatura. No hay como no entender para después... seguir sin entender. Aunque haya gente que dice que la entiendo y que me entiende.

Manning, que se doctoró en abril pasado, regresó de su viaje por Andalucía y nos entró el alma al cuerpo: se nos hace difícil vivir sin tenerlo cerca. A poco de llegar se lanzó nuevamente a la aventura de este casi olvidado blog. Trato de responderle, pero ya mi salud no me ayuda... ¿Por qué serán tres los puntos suspensivos?

De paso y para terminar, aunque acabo de empezar... He estado leyendo las "Letters of Wallace Stevens". Creo entenderlas, pero a veces no sé qué pensar. En estos días volveré a su poesía. Y a la de mi querido Alberto Girri, que nos abandonó hace tantos años y con el que no dejo de dialogar.

María José Bruña, que se encarga de la edición de una antología de Ida que publicará la Universidad de Salamanca, le ha encontrado este título: "Todo de pronto es nada". Sin comentarios.

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