Me parece que el traducir de una lengua a otra es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que aunque se ven las figuras, están llenas de hilos que las oscurecen, y no se ven con la lisura y tez del haz; y el traducir de lenguas fáciles, ni arguye ingenio ni elocución, como no le arguye el que traslada ni el que copia un papel de otro papel––dijo don Quijote.
Y aún así le dije a Enrique Fierro, simpatizante de los rinocerontes––Tomemos prestada la pelota de ping-pong de nuestros amigos Lorenzo y Margarita, y aquí escribámonos y traduzcámonos el uno al otro. Pero, tejamos reversos, traducciones traidoras, como falsos amigos, des faux amis que se miran, pero no se reconocen.

Sunday, February 20, 2011

Postdata:

Tres de los cuatro son poetas, quiéranlo o no: Lorenzo, Margarita y Sean. El cuarto, el que esto escribe, ya no lo es y quizá, quiéralo o no, nunca lo fue.

Por eso cree que, después de esta postdata, lo mejor es callar.

2 comments:

  1. Hay que ser muy fierro. O muy poeta. O puede que estas dos cosas sumen lo mismo. Lorenzo dejó el blog dos veces. Ojalá no te callaras.

    Ojalá que la fe de una "poeta" mueva rinocerontes.

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  2. ... y la fe de otros rinocerontistas también.

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