Me parece que el traducir de una lengua a otra es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que aunque se ven las figuras, están llenas de hilos que las oscurecen, y no se ven con la lisura y tez del haz; y el traducir de lenguas fáciles, ni arguye ingenio ni elocución, como no le arguye el que traslada ni el que copia un papel de otro papel––dijo don Quijote.
Y aún así le dije a Enrique Fierro, simpatizante de los rinocerontes––Tomemos prestada la pelota de ping-pong de nuestros amigos Lorenzo y Margarita, y aquí escribámonos y traduzcámonos el uno al otro. Pero, tejamos reversos, traducciones traidoras, como falsos amigos, des faux amis que se miran, pero no se reconocen.

Wednesday, December 8, 2010

Algunos gustaban de las alegorías, pero eran muchos más los que disfrutaban con los festivales. El más conocido de los de poesía empezaba en marzo a orillas del río Salado, el de la balada de Barbieri, y se extendía hasta el mes más cruel según el viejo Tom . Los poemas compuestos para la ocasión eran conocidos como "salados" y ya casi nadie se acuerda de ellos. Duraba tanto la fiesta y era tan insoportable el ruido que producía tal acumulación de vates que en cierta ocasión hubo necesidad de encerrar a los más lúcidos partícipes para que no huyesen rumbo al silencio, que es de donde surge casi siempre esa otra voz que es la poesía de verdad.

Ya todos los que nos leen coincidirán contigo que el traductor y poeta de verdad es Manning y no tú. Anda, anímate y brinda como Gorgias en aquella parábola de Rodó que por todos lados encontrabas en tus lejanísimos años escolares y liceales y de la que huías siempre. Para ti el problema de Gorgias era que no gorjeaba como los canarios de Aída, la tía de tu madre, o la máquina de Klee. Y que era y no era el Siciliano.

"Se sabe", decía siempre Jonio, pero prefiero aclarar que cuando me dirijo a la segunda persona del singular no hago otra cosa que hablarme a mí mismo. Vale.

Y ahora: a tomar el té y, después, pero mucho después, a callar.

2 comments:

  1. "Esos que están sentados a una mesa donde hay flores y ánforas de vino, y que preside un viejo hermoso y sereno como un dios; esos que beben, mas no dan muestra de contento; esos que suelen levantarse a consultar la altura del sol, ya veces se enjugan una lágrima, son los discípulos de Gorgias."

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  2. Caeré de seguro en lo anecdótico, pero me llama la atención el triángulo uruguayo que parece cerrarse (¿o acaso hay un cuarto vértice que lo convierta en rectángulo?)con la mención de Rodó, que es el de los tres Enriques (Fierro, Broglia y el mencionado Rodó).

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